Un simple ajuste en la posición del cuerpo delante de la bola; ésta que empezó a rodar recta y los putts de birdie a entrar 8cinco en los ocho primeros hoyos). Así se explica que el zurdo de San Diego Phil Mickelson, nº2 mundial (y con serias opciones de desbancar a Woods esta madrugada como nº1) firmara 66 golpes (-5), en la 2ª jornada del Open de EE.UU. en Pebble Beach (California), y el 5 veces subcampeón de este Grand Slam, 40 años y ganador del pasado Masters, se encaramara al 2º puesto compartido (entre otros con el doble ganador del torneo Ernie Els y la joven promesa japonesa Ryo Ishikawa), a 2 golpes del nuevo líder, el británico Graeme McDowell, quien al terminar afirmó: "Mentiría si dijera que no he pensado en levantar el trofeo el domingo por la tarde". Al cierre de esta edición Mickelson y el resto de favoritos (Tiger incluido) debían iniciar el tercer recorrido.
Mickelson ya había avisado de que podía firmar una buena tarjeta en este auténtico campazo de golf, con 9 hoyos colgados literalmente de la costa en el Oceáno Pacífico. "Sabía que tenía que empezar bien porque los hoyos de birdie están al principio y debía aprovecharlos. El putt (25 en total) esta vez me ayudó. Sólo era cuestión de un pequeño ajuste aquí o allá. Todos los putts que metí eran cuesta arriba. Eran putts en los que podía golpear con agresividad y mantener la línea", explicó Mickelson. Phil era consciente de que "el fin de semana del US Open los greenes están más firmes, la colocación de las banderas es más complicada y el rough no se corta".
Tiger Woods, 25º con 146, a siete del líder, coincidía plenamente con su compatriota y gran rival: "El US Open se va a poner más difícil conforme avanza el fin de semana. El campo se va a secar. Sé que lo regaron la última noche, y probablemente será la última vez que lo rieguen". McDowell también le sacó partido a las condiciones relativamente favorables del campo en la segunda vuelta: "Jugué inteligente, a coger calles y greenes, e intenté dejar la bola por debajo del hoyo lo más posible. Este campo te da oportunidades, pero en cuanto pierdes la posición, te mata", dijo el norirlandés.
Rafa Cabrera Bello lo pasó muy mal en los primeros hoyos (dos dobles bogeys y un bogey), pero luego mantuvo la sangre fría, se agarró al campo, frenó parcialmente la hemorragia de golpes y esperó su momento en este su primer Open USA y también primer Grand Slam. "Un birdie en el hoyo 14 me dio aire y me quitó el susto del corte; eotros en el 16 fue la confirmación de que seguía en el torneo", 16º con 145, a 'solo' 6 de la cabeza; "y el del 17 (gran tiro a bandera con la bola que se quedó a un palmo del hoyo) fue la tranquilidad total", dijo al canario. Ayer salió a las 23.10 horas en España.
Sergio García (76) y Pablo Martín (76) pasaron por los pelos el corte y salieron en el mismo partido con +7. En el hoyo 15 de la 3ª jornada iban al par y +9
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